Cuando Ramón Lamote salio de dar su clase, no lo podía creer, allí estaba de nuevo la señora de las escaleras, justo como lo paso la semana pasada pero esta vez, no le dejaba bajar. Se lo dijo educadamente:- Buenos días señora. Le dijo el.
- Buenos días. Le respondió la señora.
Ramón respiro hondo para armarse de valor y cuando se iba a dirigir a ella para que se apartara, no puedo decirlo y le dijo:
-¿Como usted por aquí? Le dijo decepcionado.
-Pues esperando a mi marido. Respondió ella seguida por otra pregunta:
-¿Y usted Ramón que hace por aquí?Pregunto.
-Pues nada acabo de salir de mi clase y mi mujer me espera para cenar, y despumes le dijo:.
- Y no me gustaría llegar tarde.
- A bueno, me gustaría levantarme pero ya estoy mayor y estos tacones me están matando, tendría que esperar a que mi marido termine. Dijo ella.Y Ramón desesperado le dijo:
-Yo la levantare.
Intento e intento pero pesaba mucho y cuando el consiguió levantarla llego su marido diciendo:
-Cariño ya estoy aquí ven que te levante, y a Ramón le falto tiempo para soltarla y salir corriendo escaleras abajo.
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